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Yéssica Rosas ss.cc. en Filipinas: Caminar juntas hacia los votos perpetuos

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Publicado

Fuente: ssccpicpus.com y sscchermanas.cl

El 20 de enero comenzó en Manila, Filipinas, la preparación para los votos perpetuos de un grupo de ocho hermanas junioras de la Congregación de los Sagrados Corazones. Durante seis meses, vivirán un tiempo de formación y discernimiento, acompañadas por un equipo de hermanas que las guiará en este proceso.

Desde distintos rincones del mundo, las participantes han llegado con la esperanza y el deseo de seguir profundizando su camino vocacional. Nuestra hermana, Yéssica Rosas Delgado, comparte esta experiencia con hermanas de Indonesia, Mozambique y el Congo. A lo largo de este tiempo, irán fortaleciendo su respuesta a la llamada de Dios, descubriendo juntas la riqueza de la diversidad y la unidad en la fe.

Yéssica nos cuenta que “ha sido un tiempo de recorrer en profundidad el paso de Dios por nuestras vidas, por nuestra historia personal y vocacional por nuestro ser mujer religiosas de los Sagrados corazones, y por ello estamos muy agradecidas. La fraternidad la hemos ido viviendo desde la diferencia, desde el despojarnos de lo que nosotras somos para poder entablar una relación fraterna con la otra desde nuestras diferencias”.  

El inicio de este camino estuvo marcado por la celebración eucarística, en la que las hermanas fueron enviadas a esta nueva etapa con la luz de Cristo como guía. En la homilía, el P. Felipe Lazcano ss.cc. recordó que cada una de ellas ha sido llamada por amor y que, al igual que nuestro fundador, el Buen Padre, están invitadas a centrar su vida en Dios.

El proceso de formación incluirá momentos de reflexión, estudio y acompañamiento, con la presencia cercana del equipo organizador y de la Superiora General, Patricia Villarroel ss.cc., quien alentó a las hermanas a vivir este tiempo con apertura, confianza y alegría.

Confiamos en que este tiempo de preparación será fecundo y que, al final del camino, cada una podrá reafirmar con gozo su entrega total al Señor. Seguimos unidas en oración por ellas y por su proceso de discernimiento.