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Del 1 al 21 de septiembre, en la Casa Villa Aurelia, Roma, se llevó a cabo el 37º Capítulo General de las hermanas de los Sagrados Corazones, y el 40º de los hermanos. A su regreso, Irene Arias ss.cc. Superiora Territorial de la Congregación SS.CC. Chile-Paraguay, nos contó cuáles fueron los momentos fuertes de este tiempo de fraternidad que queda grabado en quienes lo viven.
La hermana Irene sabe de capítulos. Es que son 6 los que le ha tocado vivir ya sea como superiora o por elección de sus hermanas. Y cada vez es distinto, pero también con esto tan común que ocurre cuando hermanas y hermanos se reúnen: un ambiente cálido y fraterno de familia.
“Una de las cosas hermosas del capítulo que tengo aun en mi retina es el tipo de hermanas que había, que como nunca representaban en una buena porción al África y a Asia. Ellas son jóvenes, pero ya tienen un buen tiempo en misión”, cuenta la hermana Irene, y explica también una realidad que la iglesia europea viene viviendo hace años que es la ausencia de vocaciones, “en países como Francia, Bélgica, Holanda o Irlanda, las hermanas han ido cerrando sus comunidades, porque no hay vocaciones. Sin embargo, ellas están contentas porque fueron capaces de generar vida en otros continentes como Asia, África y América Latina. Han sido misioneras que vinieron a sembrar la vida por estos lados, y ellas lo viven así, no están tristes por cerrar sus puertas, sino que creen que su tiempo ya pasó y que el Señor se va manifestando de otra manera, y eso es maravilloso”.
Entre los temas centrales que trataron estuvieron la fraternidad, el liderazgo, la organización, las estructuras, y el Proyecto Apostólico de Congregación (PAC), que por supuesto llevan tiempo trabajando y estos son los espacios para discernir, llegar a acuerdos y mirar por dónde seguir. “Yo soy una convencida de que en los capítulos el Espíritu es el que conduce los caminos y todo lo que vamos haciendo nos hace descubrir los caminos que el Señor quiere. Por supuesto que hay momentos en que nos enredamos un poco, y eso es normal, pero el Espíritu se encarga”, cuenta.
Entre 90 hermanas y hermanos que también pudieron mirar temas comunes como la Rama Secular y el patrimonio espiritual de la Congregación, poniendo realidades en común y mirando cómo hacerse cargo de los casi 225 años de historia fecunda de misión en el mundo.
Uno de los momentos inolvidables y conmovedores para todos los capitulares es el encuentro con el papa: “es impresionante e impactante ver a un hombre con su edad con tanta ternura y ánimo. Cuando tuvimos la audiencia ya llevaba varias en el cuerpo y nos escuchaba como si fuéramos la primera persona en acercarse”, comenta la hermana. Y luego recuerda que “las palabras que nos dirigió fueron muy esperanzadoras. Nos dijo que si nosotros vivimos realmente la fidelidad al Espíritu y al seguimiento de Jesús, la vida va a surgir en la congregación como surge una nueva primavera y yo creo que eso es lo que nos anima, y nos anima a todos, es decir, el Señor hace brotar la vida desde una planta seca. Y la congregación es su obra nosotros somos sus hijos y somos su congregación, que nos ha llamado para generar vida en la iglesia y en el mundo. Y en esa estamos”.